lunes, 19 de octubre de 2015

¿Qué leo durante un viaje?


No hay mayor placer y aprendizaje que el de viajar. En mis 23 años he debido hacerlo con frecuencia, lo cual me permitió crear pautas o hábitos que realizo para que la espera de la travesía no sea tan aburrida y agotadora (ya que aún no tengo un jet privado).

Y leer (con música) es fundamental para mí; me relaja, logro olvidarme del tiempo y el espacio y por su puesto me gusta. Sin embargo me he dado cuenta que elegir lecturas cortas o que pueda finalizar durante el viaje, es aún más gratificante.

Es por eso que voy a compartir con ustedes, los tipos de lecturas que me acompañan mientras viajo.

Cómics: Son cortos (no todos), brindan contenido visual y escrito. Si te gustan estas historias, te gustará aún más, pasar dos o más horas leyéndolas.

Novelas o relatos: Cortos obviamente. Existen varias obras que puedes leer en menos de media hora y están muy bien escritas. Recomiendo personalmente las de terror y suspenso.

Revistas: De moda, gastronomía, estilo de vida, psicología, deportivas, actualidad, entre otros. La variedad de revistas que encontramos hoy es amplia; puedes apreciar imágenes y leer artículos interesantes (o no).

Fanfics: Tengo que admitir la obsesión que estoy desarrollando por este tipo de escritos. Muchos son a través de capítulos, fáciles de leer, con los personajes que más te gustan y haciendo cosas que sueñas con que se hagan realidad.

Periódicos: Hay pocos, pero los buenos, llévalos contigo.

Tus escritos: Si eres redactor, escritor, guionista o te gusta dártelas de Neruda aprovecha el transcurso del viaje para revisar tus escritos y corregirlos si es que lo necesitan.

Cuentos: Y mejor sin son infantiles. Personalmente me divierto con estas lecturas por la simpleza y  porque me trasladan a mis épocas de niñez.

Diccionarios: Si vas a un país que use un idioma diferente al tuyo, revisar un diccionario de traducción te será de gran ayuda. O en mi caso llevo uno de español porque siempre descubro palabras nuevas (soy una nerd).

Textos informativos: Ya sean de lugares, establecimientos, películas, conciertos, eventos, formas para movilizarte en tu próximo destino y toda la información que te servirá a la hora de llegar a un país o ciudad que no conoces.

Libros de historia: Si te gusta la historia pasarás un buen rato  y si no es así, úsalo como una herramienta para descubrir más de la cultura del país al que vas o podrías ir.

Críticas: Lee reviews o artículos de libros que con más tiempo puedas leer.

Blogs: Y si es Pulso Rebelde mejor. 







Si necesitas comunicarte con nosotros para obtener información, quieres compartir tus trabajos artísticos y/o sugerencias; estaremos encantados de atenderte a través del correo electrónico: pulsorebelde@gmail.com

También puedes encontrarnos en: InstagramTwitter y Spotify

jueves, 15 de octubre de 2015

Consultorio LUO: No quiero perder a mi hijo


Estimada, Ñusta Andrea.

O la poetisa rebelde, como prefieras.

Nos conocemos y te considero una gran amiga a pesar de la diferencia de edad entre nosotras.

Lo mismo digo.

Me es difícil hablar y aún más escribir lo que me está pasando pero necesito contárselo a alguien y he querido decírtelo personalmente pero me cuesta, mucho.

A veces puedo ser algo intimidante, pero ten la certeza que siempre te escucharé.

Sin embargo este tema se me está saliendo de las manos y por lo que te conozco y veo en ti, sé que encontraré las palabras o a lo mejor la solución a mi problema.

Lo dudo, pero continúa.

Como ya sabrás, mi hijo es homosexual y aunque no lo hemos hablado tú y yo, lo sabes y me imagino que tienes una opinión pero a lo mejor por miedo o cariño no me has comentado nada al respecto y yo menos pero necesito ayuda. Conoces mi historia y el círculo en el que me he manejado, la familia religiosa que tengo y mis pensamientos, sabes que voy a la iglesia todos los domingos, leo la biblia, creo en Dios, me he criado de esta forma, he elegido este camino por lo tanto se me hace imposible entender lo que mi hijo me ha dicho.  

Lo sé, tengo una opinión, te tengo cariño, conozco tu historia y te entiendo.

Pero a pesar que no lo entiendo y no lo condeno, todo lo contrario: lo amo, no sé cómo acercarme a él para demostrarle mi cariño y que a la vez comprenda que no puedo aceptar la vida que ha elegido.

Si hablamos del tema discutimos, nos lastimamos con nuestras diferentes opiniones, él ya es un joven que debería estar formando familia pero tengo miedo de lo que le pueda pasar. Porque seamos sinceros, el camino que eligió está lleno de peligros. Ya no viene a visitarme, casi ni hablamos, su padre no quiere verlo y yo a pesar de todo necesito saber de él, que está bien, que me necesita como yo lo necesito, porque lo llevé nueve meses en mi barriga y lo crié de la mejor forma que pude y querida amiga, no quiero perder a mi hijo.

Sé que estás esperando ayuda de mi parte pero no te la voy a dar.

Por la simple razón que no puedo. No puedo hacerlo a través de esta columna, ni con unas palabras que a lo mejor aliviarán la pena pero no solucionarán el problema.

Soy tu amiga y amiga de tu hijo, los conozco a ambos y he podido notar la calidad de personas que son y el carácter que ambos tienen. El mismo carácter que llevó a tu hijo a confesarte sus sentimientos y que te llevó a decirle tu opinión al respecto. Ambos tienen sus ideas claras y sería una pérdida de tiempo cambiar eso, pero ambos se aman lo cual lleva a que estas diferencias les duelan y lastimen.

Tu hijo conoce tu posición respecto al tema, sabe también la crianza que tuviste y no quiere cambiar esas ideas o que de la noche a la mañana seas parte de algo que para ti es desconocido o “inapropiado” (me lo ha dicho), y ahora a través de tu carta puedo ver que lo que buscas realmente (me imagino que después de un largo proceso), es simplemente darle amor, no pasar a ser dos extraños, o como tú dices, no perder a tu hijo.

Lo importante es que no sigan dejando pasar el tiempo y que todos esos miedos se conviertan en realidad. Búscalo, dile que lo amas, que es bienvenido, porque nada ha cambiado, porque sigue siendo ese hijo que llevaste por nueve meses y criaste de la mejor manera que pudiste, que su sexualidad no sea tema, él es lo suficientemente grande para saber las consecuencias, no de ser homosexual, sino de la vida misma; porque amiga mía, cualquier camino que decidamos tomar está lleno de peligros pero también de satisfacciones.

Quiero aplaudir tu honestidad y valor para escribirme, sabiendo que iba a ser publicado, por su puesto respetando el anonimato pero no es fácil y sé que no lo será cuando decidas hacerlo con tu hijo.

Mi único consejo es que no dudes, no te quedes en el medio. O entras o sales, pero no te quedes en la puerta mirando y lanzando mierda. Así que toma una decisión, no pienses en las palabras, no te midas y hazlo. Dale un abrazo lleno de amor y sin temor, porque jamás perderás a tu hijo.

Gracias porque a pesar de las miles de diferencias que tenemos, eres una chica capaz de amar cada una de ellas.

Cariños.

A ti por la confianza, nos debemos una larga conversación en persona.

Yo invito.








miércoles, 14 de octubre de 2015

A pesar de todo



Dejar ir, olvidar, borrón y cuenta nueva…seguir.

En las últimas semanas, he recibido diversas noticias que me han llenado de satisfacción, que me han planteado retos, y porque es parte de la vida, de fallecimientos que te llevan a preguntas sin respuestas.

Y precisamente, después de enterarme que el padre de un buen amigo falleció, es cuando me pregunto, aún más, el  ¿por qué seguir?

Realicé una lista (benditas listas que detesto pero me ayudan) para intentar descubrir lo que me motiva o quizás “nos” motiva en este camino que nadie dijo que iba a ser fácil.

Por aquellos viajes que aún no he vivido.

Por los libros que aún no leo o escribo.

Por la música, que me alegra el alma y me inspira.

Por la poesía.

Por los abrazos.

Por los besos.

Por la sonrisa de mi familia.

Por los amigos que tengo y tendré.

Por la comida, deliciosa y nutriente comida.

Por los colores.

Por la naturaleza.

Por el sexo.

Por el amor.

Por las mentiras.

Por las verdades.

Por beber un buen champagne, un vino, o un mate (y mejor si es contigo).

Por los goles que aún no he gritado.

Por los poemas que aún no he escrito.

Por lo que aún no han descubierto mis sentidos.

Por las películas que aún no he disfrutado.

Por el arte que aún no llega.

Por nuevas lágrimas.

Por nuevas alegrías.

Porque aún tengo mucho que decir.

Porque aún tengo mucho que escribir.

Por la esperanza.

Por ti.

Por mí.

Y por qué no, por el dolor, de cada músculo, que nos recuerde las caídas, los 
golpes, sentir el agotamiento y a pesar de todo, seguir…


__

Las palabras sobran y la distancia afecta. Nadie nos puede decir como superar una pérdida sólo espero que encuentres en alguna de mis motivaciones, las tuyas o simplemente logres entender que lo único importante– es volver a dejarte la piel y los huesos en la siguiente partida.

Te quiero David.