“Bebo Champagne cuando estoy feliz, y cuando estoy triste. Algunas
veces lo bebo cuando estoy sola, pero cuando estoy acompañada, lo considero
imprescindible“.
Lily Bollinger.
Desde
que descubrí mi obsesión por el vino espumante, las celebraciones de fin de año
se convirtieron en mis favoritas. Porque a pesar de que esta bebida puede ser
consumida en cualquier ocasión, yo me reservo el placer para el comienzo de un
nuevo año.
Sé que aún falta mucho para la fecha pero hace poco
conversando con una amiga sobre tragos y la necesidad de variar en nuestras
opciones de consumo, nos hicimos la pregunta sobre algún champagne de buena calidad
que no sea extremadamente caro y recordé una experiencia la cual voy a compartir con ustedes.
31 de diciembre, mi padre llega a casa con este
champagne diciendo que me iba a encantar. Preparé las copas con sus respectivas
doce uvas y cuando llegó la hora de celebrar serví el espumoso ansiosa por
pedir mis deseos y por degustar esta maravilla llamada: Asti Riccadonna.
Elaborado de uvas
moscato que crecen en la zona Asti, ubicada en la región de Piamonte, al norte
de Italia. La calidad viene garantizada por la apelación D.O.C.G. (Denominación
de Origen Controlada y Garantizada) y por el hecho de que cada una de las
botellas producidas viene identificada bajo una numeración específica que
aparece en la botella, la cual es otorgada por el Consorcio del Asti y
supervisada oficialmente por el Ministerio de Agricultura Italiana.
La empresa
Riccadonna fue fundada en 1921 por el Conde Riccadonna y hace 5 años fue
comprada por la empresa Campari.
Pero hablemos de la
experiencia que tuve con este champagne, porqué lo recomiendo y es mi favorito
a la hora de elegir un espumoso:
Por su aroma con
intensidad, la dulzura y naturalidad afrutada que emana en el paladar, la
facilidad con la que puede ser consumida debido a sus 6.5 grados de alcohol,
buen acompañante de comidas no muy dulces ya que puede ser un poco empalagoso
pero el mejor a la hora de celebrar sobre todo si está frío y por la delicadeza
de la acacia, glicina y flores de naranja.
Gracias a estas
sensaciones que evocó en mí, tengo que aceptar una vez más que mi padre tenía
la razón.
Cabe resaltar que no es un champagne sumamente caro (tampoco andaría regándolo por doquier) y lo encuentras en diversos supermercados, tiendas, botillerías, entre otros.
Ya sé que puedes
pensar: Hay miles de espumantes en el mercado ¿Por qué un Riccadonna?. A lo
mejor mi experiencia poco o nada te aclare el panorama pero tengo la obligación
de decirte que más allá de ser tan consumido, del aroma, el sabor o el color de
este magnífico champagne la magia ocurrió por el momento y la compañía. Año
nuevo, familia, amigos, esa persona especial y los mismos 12 deseos para que mi
2015 sea el mejor 2015 que haya vivido (obviamente porque sólo lo viviré una
vez en mi vida), por ello no te recomiendo un champagne, te recomiendo escoger
el mejor momento para degustarlo y no odiarme en el intento.
¡A tu salud!
¡A tu salud!
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del correo electrónico: pulsorebelde@gmail.com
Gracias !
ResponderEliminarHola, sabes si se consigue este espumante en Argentina? donde? gracias!!!
ResponderEliminarPesimo por describirlo como champagne
ResponderEliminarLamentablemente cierto! Es un espumoso Asti y no un espumoso Champagne... (Denominación de Origen Controlada y Garantizada)
EliminarEn Wikipedia se hace referencia a que sí es un champán
EliminarNo debería denominarse champagne por su origen ...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCreo que el gusto por un Brut o un Dulce es cuestión de gustos y no de conocedores al igual que lo amargo, es una cuestión que depende de la sencibilidad de cada paladar.
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